Idioma: Castellano nº de jugadores: 2-5 Duración: 75 min Edad: 10+
o encontré en un mercadillo. No había visto nada igual, un extraño
artefacto de metal con un peculiar dibujo en el centro: un tipo de
aspecto simpático sonriéndome, pintado con colores fluorescentes. Este
misterioso objeto me llamó la atención al instante. El vendedor era un
hombre anciano; me vio coger el artefacto y nos pusimos a charlar. Me
contó que se lo había encontrado cuando trabajaba como conserje en un
laboratorio científico en los años 50. «Entonces, ¿lo robó usted del
laboratorio?», le pregunté. «Digamos que olvidé devolverlo», me
respondió con una leve sonrisa. Le pregunté para qué servía. «Este
artefacto puede devolver el pasado a la vida e incluso hacer realidad
los deseos», me contestó con una pequeña sonrisa. Se me escapó una
risotada. Obviamente, no me creí sus cuentos de hadas, pero, por algún
motivo, el objeto me intrigaba, así que decidí comprarlo.
Esa misma noche me reuní con mis amigos, todo un grupo de
aventureros, para nuestra noche de juegos semanal. Como de costumbre, no
lográbamos decidir a qué jugar. Y mientras mi amiga Nina examinaba los
estantes de juegos, se topó con el misterioso artefacto. «Eh, Tom, ¿qué
clase de juego es este?», me preguntó con sarcasmo. Cogió el dispositivo
y empezó a darle vueltas, intentando abrirlo. Justo cuando iba a
contarles la historia del anciano, oímos un click y el dibujo del centro
empezó a iluminarse. Todos nos asustamos; a Nina casi se le cae el
artefacto de las manos, pero lo agarró justo a tiempo. El brillo se
volvió más intenso y, antes de que pudiéramos percatarnos, una luz
brillante había envuelto toda la habitación.
Cuando la luz se desvaneció, nos encontrábamos en un lugar totalmente
distinto, aunque, curiosamente, nos resultaba familiar. Y entonces me
di cuenta: ¡el dispositivo nos había transportado a uno de mis juegos de
mesa! Al principio, todos entramos en pánico. «¿Qué ocurre?» «¿Dónde
estamos?» «¿Qué es eso? ¿Un dinosaurio?». Nos calmamos cuando nos dimos
cuenta de que, si el dispositivo nos había traído aquí, también podría
llevarnos de vuelta.
De repente, una voz nos habló desde el artefacto. «¡Hola, valientes
aventureros! Soy Flexo, y estoy aquí para responder cualquier duda que
podáis tener. ¿Estáis listos para cambiar las normas?». Acto seguido, el
tipo de aspecto simpático se encontraba de pie ante nosotros, y nos
explicó que lo que teníamos entre manos era una máquina para controlar
las normas. «Os permite experimentar los juegos como nunca habríais
imaginado. Sois los másters de vuestra propia aventura, ya que podéis
alterar las normas del juego a medida que juguéis y cambiarlas en
vuestro beneficio. Para ello, solo tendréis que conseguir cubos de
energía y gastarlos; y para controlar vuestro destino tendréis que
reunir los valiosos chips que alimentan la máquina. Incluso podréis
moveros de un universo de juego a otro si jugáis bien vuestras cartas».
Nuestra misión era sencilla: para volver a casa, teníamos que ganar la
partida reuniendo chips. Bueno, era fácil decirlo. Sin embargo, aquella
noche, fui el primero que lo logró.
Desde aquella extraordinaria velada, nuestras noches de juegos
cambiaron para siempre. Ahora nos hacemos llamar los Rulebenders y
regresamos a esta aventura una y otra vez. ¿Quieres unirte a nosotros?